Proyecto financiado por la Oficina de Cooperación al Desarrollo de la Universidad de Sevilla, curso 2013-2014.
Proyecto enmarcado en una nueva estrategia de Patrimonio para el Desarrollo, que parte de un concepto de patrimonio amplio que valora no sólo el soporte físico: la ciudad y el paisaje, sus inmuebles, sus espacios; sino también a los habitantes de estos lugares, y sus formas de vida, ligadas a una cultura propia.
Tiene un doble objetivo: por un lado la sensibilización de la comunidad universitaria y a los que serán futuros profesionales en el campo del urbanismo y la arquitectura así como los que ya lo son, de las condiciones de vida de una parte la población más vulnerable, que aun viviendo en una parte del territorio aparentemente ordenada, y con un valor importante desde el punto de vista patrimonial, viven en un ámbito con grandes carencias y necesidades que lo hacen vulnerables y necesitados de una intervención, sin alterar el equilibrio existente. Por el otro aprender de la arquitectura vernácula una lección sobre sostenibilidad que nos permita valorar la tecnología de lo pequeño, para entender la necesidad e importancia de la aplicación e investigación en tecnologías intermedias, apropiadas y apropiables que generen desarrollo en vez de crear dependencia, y sobre sus aplicaciones en nuestro entorno inmediato.